29 julio 2004

Hoy necesité poesía

SONETO III

Áspero amor, violeta coronada de espinas,
matorral entre tantas pasiones erizado,
lanza de los dolores, corola de la cólera,
¿por qué caminos y cómo te dirigiste a mi alma?

¿Por qué precipitaste tu fuego doloroso,
de pronto, entre las hojas frías de mi camino?
¿Quién te enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?
¿Qué flor, qué piedra, qué humo mostraron mi morada?

Lo cierto es que tembló la noche pavorosa,
el alba llenó todas las copas con su vino
y el sol estableció su presencia celeste,

mientras que el cruel amor me cercaba sin tregua
hasta que lacerándome con espadas y espinas
abrió en mi corazón un camino quemante.
 

Pablo Neruda, 1959

1 comentario:

La Garrapata Vegetariana dijo...

...
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Es simplemente la tristeza en palabras.