29 junio 2004

Ojos violeta satén

Haciendo un trabajo de investigación descubrí que uno de los rasgos que distinguen el lenguaje femenino del masculino es la increible cantidad de palabras que se refieren a distintos matices de una misma cosa que atesoramos en nuestro vocabulario. En concreto, lo ejemplarizaba con los colores:

Es curioso que para la mayoría de los hombres, una reja es verde a secas; si te la describe una mujer es verde carruaje, verde bosque o verde cacería....

El marido de mi amiga dice que su mujer adora el color rosa, pero ella ,horrorizada, lo corrige, mirándonos a nosotras con cara de "pobrecito, no entiende nada", que le encanta el rosa palo, pero que el rosa fucsia le parece de lo más ordinario (Yo pongo cara de circunstancia..Claro, a mí es el único rosa que me dice algo....Pero seguro que ella se lo imagina; hasta igual lo dice por eso)y que el rosa bebé es una monería para las niñas, pero que a cierta edad ya no debemos usarlo( Yo vuelvo a pensar que tuvo que haber un montón de días en los que la que les habla hizo rabona en la escuela de señoritas a la que debemos ir todas durante los 9 meses que estamos en el bendito limbo; sí, esa en la que te implantan el chip ese de gustarte decorar tu casa y enseñársela a todo el mundo, que las cosas deben estar ordenadas para gustar, que las niñas van de rosa y los niños de celeste bebé, que comerse las uñas es un brutal atentado contra la estética femenina más primaria, que no volverse loca por los trapos es una aberración que merece el destierro, que las señoras como Dios manda nunca quieren más, nunca piden sino que esperan que les den y siempre tienen una buena excusa para decir "no, esta noche no".... Es más, a veces creo que ni siquiera sé donde queda esa escuela, la verdad.... Pobre madre mía, seguro pagó un dineral por mi matrícula!!!....; bueno, soportará aun otro desaire más de esta su díscola niña grande....)

Bueno, pues durante mucho tiempo me dio por preguntarle a todas las mujeres que me encontraba y con las que tenía oportunidad de hablar un rato sin que me tomaran por loca, cuántos tonos de un mismo color podían nombrarme: me quedé literalmente con la boca abierta con alguna de ellas....

Yo lo de los colores lo domino hasta cierto punto, pero sí me puse a investigar en mi misma cuando escribía con otro tipo de matices, y ciertamente somos increíblemente ricas.

Me gustan las miradas. Y tengo un amplio abanico de matices en las miradas de la gente; las observo y no puedo evitar anotarlas en mi registro (a veces van al registro impersonal de la memoria, otras, las más, entran a formar parte de mi diccionario del corazón....y es un intenso placer recordarlas y volver a saborearlas tal como cayeron sobre mí...)

Tengo miradas furtivas, cazadas al vuelo con el rabillo de mi ojo, especialmente despierto, por cierto; tengo las miradas llenas de lágrimas queriendo salir de mis mejores amigos al decir adiós; tengo una mirada perdida que se me fue sin que me diera cuenta; tenga la mirada dura y acusadora de la única persona que me hizo sentir odiada; tengo la maravillosa mirada dulce y avergonzaba de un amante atemorizado;tengo la mirada estática de una foto que se resiste a hacerse mirada con calor cierto de realidad; tengo miradas curiosa, miradas cotillas, miradas de desprecio y miradas de incompresión disfrazadas de sarcasmo; tengo más miradas.... quiero tener más....

Feliz noche a tod@s l@s por aquí pasais y miradas de complice agradecimiento de mis ojos a los vuestros.

4 comentarios:

Gaddira dijo...

A mí me pasa algo parecido, pero con las sonrisas, las colecciono y las guardo, me da igual cuanto tiempo pase... nunca olvidaré ciertas sonrisas.

Por cierto, me dejaste asustada con esa escuela de señoritas, creo que a mi madre se le pasó el plazo de matrícula o yo no me enteré de nada.

Un besito, y si te vale de algo aquí tienes una mirada más

La Garrapata Vegetariana dijo...

Lo de los colores también me ha sorprendido y mas allá de alguna variación de azul o color “melón” no he aprendido. Así que también me quedo afuera de algunas conversaciones cuando hablan de los diferentes matices del blanco (¿?).

Odio los estereotipos, “que por ser mujer tenes que saber cocinar y tener un trapo en la mano” si sos varón “habla de fútbol, sabe de motores de autos”. Me cago en esa gente! No me gusta ni el fútbol ni los autos, y si puedo, no pienso tener nunca uno! Y que?

Anajarate (Gertru Vargas) dijo...

Los odio igual y nunca agradeceré bastante el ser todo lo contrario de lo que de mí se espera mucha gente.

Gracias por tus ratos compartidos conmigo, Garrapata.
Me hacen mucho bien.

Anajarate (Gertru Vargas) dijo...

Gaddira, gracias a tí por el regalo de tu compañía y de esa hermosa mirada que sé que tienes.

Besos