Sísifo en su ciego y estúpido empeño por llevar la roca a la cima,
como si creyera de veras que podrá hacerla rodar al otro lado,
como si no quisiera entender que no hay más ladera
que la que con pies sangrantes marca una y otra vez dejando en ello su vida..
El peso de un cielo que me pone siempre a prueba.
El burdo espejismo de la esperanza
de creer que hay una razón;
de creer que no somos juguetes del caprichoso dios.
La certeza de que el orgullo
me obligará a quedarme en pie;
a avanzar con el peso a la espalda...
Pero hoy me exijo a mí misma
el derecho
a no querer caminar.
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