
Cuando tenía 10 años, pasé por un kiosco....
Iba de la mano de mi padre, mi hermano, dos años menor, a la otra mano.
Me quedé mirando embobada mientras continuaba caminando por inercia...
De repente, llegué a la esquina y lo perdí de vista y justo entonces mis pies dejaron de caminar.
Mi padre me tiraba de la mano. Yo quieta, mirada perdida mirando hacia atrás.
"¿Qué has visto?"- preguntó. (ya conocía mis paradas silenciosas)
"Quiero un comic del Kiosco"- dije señalando hacia atrás.
Mi padre dio media vuelta. No era una niña muy caprichosa, así que ese gesto lo interpreté como una claudicación total a mis deseos. Claro que, mi pobre padre no se imaginaba que mis deseos, siguiendo el dedo que le indicaba, se iban a posar sobre la portada de "La Espada Salvaje de Conan", (circulito rojo en la esquina derecha con un número 18 en negro enorme incluido).
Mi hermano, extrañamente a su costumbre, se sumó a mi petición entusiasmado dando gritos de: "Sí, si, papi, cómpramelo" (el cambio de poseedor del objeto ya sí era más de su estilo de futuro empresario...)
Mi padre no sabía si pedir cita al oculista para él o al psiquiatra para mí. Antes de decidirlo, me preguntó: "¿por qué quieres ese comic? ¿Seguro que no prefieres el de "Candy"?.....
"No. Quiero a ese de la espada."
"Pues ese es de mayores, ea. " Y nos dimos media vuelta de nuevo.
Yo desistí de explicarle que mi "ese" no hacía referencia al comic, sino al que sostenía la espada, porque intuía o tenía clarísimo, vaya, que el "ese" de la espada era mucho más "de mayores" todavía que el comic....
y el por qué me había quedado embobada mirándolo igual era hasta más "de mayores" aun...
No sé exactamente cuántos meses me costó convencer a mi hermano de que lo comprara a escondidas, ni qué tuve que darle a cambio del comic.
Pero ese día aprendí dos cosas: Que tenía un inquietante lado salvaje y que cuando salía, era tenaz hasta conseguir lo que deseaba....
Babeé por Conan durante años...
Aun me pregunto por qué Arnold Schwarzenegger tuvo que venir a joderla y meterse en su "taparrabos".
¡Un poquito de por favor!
Los personajes de comic son sagrados, ¡hombre ya!
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