14 noviembre 2005

Habitada


Por el filo de mis labios
se pasean a diario las palabras que atesoro;
De entre la ruidosa cascada que las voltea en mi seno
se escapan
empujadas por un ademán insomne, por mi furia dominada;
Se precipitan al abismo
y se atreven a asomarse y a colgarse de mi boca;
Y finalmente,
mi lengua las atrapa en su abandono y,
lamiéndolas despacio
las devuelve a su guarida entre ladridos de cólera.



¡Ay, si pudiera igual atraparos y sacaros de mi mente
si encontrara la salida que os lleve a alguna parte otra
escondida de mis ansias de encontraros!



¡Volad, marchad,
tan lejos como pueda no miraros,
no sentiros,
no soñaros,
no pensaros
y no oíros susurrar mi oscuro nombre!

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