Vacilantes los pasos en mitad del pasillo
hacia la nada que quizás no está vacía...
me incendian los dedos que no me tocan
y me abrasan los ojos que no me miran...
llena de abrazos perdidos mi alma
susurra secretos
y gritan desde las ventanas las lenguas de fuego...
Te voy a enseñar un rincón
donde clavar los dientes
y las manos y de paso, crucifícate en mi cama...
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