Uno a uno se van marchando
y no dejan otra huella
que el amor que los empuja al abismo de tu boca;
los besos.
A puñados se atropellan
y se llevan arrastrando
los deseos y las dudas y los miedos y las ansias;
los "te quiero".
En silencio se avalanzan
sin que sepamos pararlos
sin que queramos sin que podamos;
a mis abrazos tu cuerpo y a tus caricias el mío.
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