18 octubre 2007

Decir amig@


Esa voz que no sabe de distancias,
ese abrazo que se crece con la ausencia,
esa mano caliente,
ese nombre que me nombra y me recuerda...
Ese hambre de secretos compartidos
ese saco de miradas y sonrisas
esa luz en los ojos,
ese llanto escondido entre las olas...
Siempre aquí,
cuando mis manos necesitan que las quieran.
Todo el mundo por montera
sin milagros, sin remilgos, sin medallas;
con la música del alma nos tejimos el recuerdo...
Cuando vuelvas,
volverán a mis labios las palabras
que guardé para no perderte.

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