23 mayo 2005

Posesión






Un mar de dedos
calibrando la profunda marea de mis sentidos
un enjambre de voces
susurrandome deseos al oido
y libando de mis labios las promesas que no haré...



Los ojos
caravana de centellas en la noche más cerrada
y las manos y la lengua
sobre mí...
Los nombres repetidos en la historia
derramando sus caricias sobre mi manto de estrellas
y el volcán de mis entrañas,
encendido desde siempre,
vomitando lava ardiendo,
levantándote la piel...



Y sentado en la caverna
silbando, la cobardía
aun te tapa los oídos
para no llorar por tí...

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