30 mayo 2005

De profundis

A medias el alma
aun sin querer ser del todo
aun más bella en cada surco marcado
completamente llena de vacíos
inmensamente clara en la penunbra
terriblemente ciega al alba clara...




la vida parcheada
remiendos del olvido
cataplasmas de desidia y de abandono
susurros hechos gritos
y gritos silenciosos para sordas compañías...



paz de retales cosidos
amargura que rellena de serrín
el vientre muerto de ilusiones
la luna rota del balcón de nuestros sueños
dibujando siluetas, odio y labios;
golondrinas del tejado
arrancando espinas de las sienes
barnizando de bermeja comezón
tus manos frías
tu cuerpo seco
tus dedos rotos
tu sur perdido...



para siempre, mi miedo;
el tuyo, nunca...

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