15 julio 2009

Estrellada de eternidad



Soy la eterna novia de un atardecer brumoso,

esa nostalgia tatuada en el otoño,

alfombra de fuego para mis pies descalzos....
Alguna brizna de lo que soy se ha quedado flotando en el aire
entre lo que sé y lo que saben de mí las estrellas;
algo que nunca fui pero debí ser, algo que es más verdad que yo misma...
Oigo o casi más, siento,
el susurro de un canto de cisnes cuando cierro los ojos;
me veo sentada en silencio, mis brazos me acunan , me abrazo las piernas;
el soplo del viento, potente o ligero, hinchando las velas del alma que guardo;
contengo el aliento, me siento en mi casa,
plantada en un mundo creado a mi imagen,
me veo al espejo de lo que yo sé que me habita por dentro...
Nunca en otro lugar me reconozco tan yo;
me asomo a un abismo y deseo caer
y siento un dolor y una náusea dormida que asoma y se marcha.
Y creo que ese momento
se llama en mi idioma
simplemente yo.









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