02 noviembre 2006

Guarida


Paradas contra la fría caricia del humo y la niebla
entre la oscuridad y el relámpago eterno
las gotas de lluvia
remontan el vuelo y baten a duelo mi calma.



Aun por eso me miro en sus ojos y sé que quisiera besarlas:
tan limpias, tan claras, tan rotas, tan ciegas...
yo canto pa dentro una nana de nubes
y rio entre cruces en un cementerio de luces de malva.



No están las agujas que cosen mis labios;
no dejan de ser amapolas dormidas ,
callados tizones de lumbre extinguida;
perdidos retales de inciertos agravios.



Los ojos que miran detrás de las puertas
se esconden de mí; saben que yo he visto morir.
Saben que me he visto muerta y cubierta de flores.
Saben que soy una eterna canción encendida y un eterno rumor.



Mis manos en el cristal;
el fuego en la escarcha.

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