29 mayo 2006

Alma y vida vacías


Para cuando cae el silencio
con ese peso absoluto que no le conocemos aun,
no estás.



No eras capaz de quedarte sólo por mí
y yo sí que lo fuí.



Ahora me pregunto lo que no me pregunté:
y no necesito respuesta.



No queda sitio para el optimismo.

No hay comentarios: