
Para cuando cae el silencio
con ese peso absoluto que no le conocemos aun,
no estás.
No eras capaz de quedarte sólo por mí
y yo sí que lo fuí.
Ahora me pregunto lo que no me pregunté:
y no necesito respuesta.
No queda sitio para el optimismo.
La vida está preñada de magia. No dejes que nadie te convenza de lo contrario.