Prisioneros del sueño
en el que vivo en tí y tú en nosotros...
Bendiciendo cada día que perdimos.
Tú y yo.
Como hoy. Tal como hoy.
Pero antes de entender
que sólo es hoy que nos amamos.
Ante el fuego y sus lenguas,
serena,
preñada del deseo que nos enseñó a querer,
te veo danzando en mi voz callada.
Y te quiero,
para cada día de hoy
para cada mañana
hoy sí quiero.
Y por cada dolor tenido
y por los que aun tenemos
hoy yo, sí quiero.
No es jurar;
no sé jurar después de perder mis credos
en la tormenta de estar viva.
Es sólo que sí,
que sí quiero rendirme al presente
sin soñar pasados
ni esperar futuros.
Es, que una vida contigo,
es perderme en el sueño
que siempre tuvimos;
y es que sí, que te quiero,
conmigo, contigo
y a pesar de tí y de mí.
