Estás cerca...
Ya te escucho susurrar mi nombre.
Me empujas los labios a la copa. Vino nuevo, añejo gusto.
Mis pies descalzos siguen pisando las uvas de la ira.
Voz ancestral de la tierra baldía que se adormece,
y se enciende pa dentro, se preña sola y guarda el silencio caliente del rojo otoño.
Vivo, viviendo en mí, proyectando mi sombra, arropando lo mío y lo ajeno.
Desprendo hondo aliento y fuego vivo.