Esa curva que degüella tu espalda, la adivino
y me muerden las ganas de andar tras de tí,
siguiendo tu rastro, bebiendo el aliento que dejas detrás.
Y me empieza a sobrar toda dosis
de paciencia, mesura, cordura y razón.
Se me marchan las manos flotando a tu cuerpo,
y te atesoro, te aprieto, te robo, te exprimo,
te acaparo, te encierro, te muerdo, te asfixio,
te devoro.......... y suspiro.
Me alimento del hambre que tengo de tí.