Déjame contarte cuántas horas hay entre tú y mis dedos
cúantas hojas en blanco cargadas de tí,
cúanta luz perdida entre mis ojos y tu cielo abierto.
Dime cuántas lágrimas te debo,
dime que lloras por mí.
Déjame que te acaricie el alma, que te robe el sueño,
dime que tus labios arden por besar mi sed.
Tu cuerpo entre mis sábanas,
mis senos en tu espalda,
mi pelo por tu piel.
No puedo gritarlo más fuerte.
Siempre estás aquí.
cúantas hojas en blanco cargadas de tí,
cúanta luz perdida entre mis ojos y tu cielo abierto.
Dime cuántas lágrimas te debo,
dime que lloras por mí.
Déjame que te acaricie el alma, que te robe el sueño,
dime que tus labios arden por besar mi sed.
Tu cuerpo entre mis sábanas,
mis senos en tu espalda,
mi pelo por tu piel.
No puedo gritarlo más fuerte.
Siempre estás aquí.