No pareces real porque no lo eres
y caes rodando por las esquinas
rugiendo en silencio, creyendo que te oye el mundo
o queriendo que te haga callar un beso.
No sé.
Pareces tallado
y tu corazón mendigo muerde las manos que lo acarician.
Ajado.
Podrido.
Tus ojos ciegos por cerrados.
Y en tus párpados mil besos por beber.