Se va quedando atrás,
o a un lado; lejos...
O viene conmigo
aferrada a la punta de mis dedos
decidida a no dejarme
que la olvide.
Ella es bella,
más que yo.
Ama más que yo,
ríe más que yo,
llora más que yo...
Sabe bailar con la vida;
se vistió con mis harapos y me enseño a cantar.
Me austaba
pero adoraba sus ojos, centellas prohibidas.
No tiene colmo ni medida para nada
y se da porque se tiene toda.
La veo quedarse en silencio a la orilla.
Y quiero arrancarla del suelo
y darle la llave que viola mi ser.
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