He sentido tus dedos queriendo tocarme.
He pensado en girarme y mirar;
pero no voy a romper la magia, no esta vez.
He cerrado los ojos y he recordado palabras
y he dejado a mis hombros desnudos llamarte;
he soltado la aguja que enrosca mi pelo en la nuca
y ha caido la noche en mi espalda...
He dejado caer hacia un lado la cabeza
y mi mano te ha abierto el camino que lleva a mi piel;
sé que me hueles desde donde estás
y que brillan tus ojos
y tu pulso se atropella
y tus músculos se mueven
y vendrás a mí...
Y estaré esperando tu aliento posarse en silencio
esta noche.
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