Escoja usted, diga,
pida por esa boca, usted,
elija...
Tengo la tersura de la seda
su brillo que disfraza la penumbra
su frialdad para calmar su fuego....
pero este se resbala de las manos...
Tengo el calor del terciopelo
la elegancia
la insolente suavidad de su caricia
para limar sus asperezas...
pero este es delicado, cualquier gota lo desgracia...
Tengo la insurgente autoridad
del paño militar con sus galones
su amargura circular
su agria circunferencia de gorra de plato
para borrar de un plumazo su risa adolescente...
pero ésta me va grande, sobra talla....
Tengo la altanera pluma
alegre y pizpireta
que danza ante sus ojos
disfrazando de festejo los desplantes
y de cascabel de risa sus lutos rigurosos...
pero este está ya ajado del uso...
Tengo el colador de paja fresca
que deja correr el aire
que permite respirar, da fresca sombra
y no arranca sudor y sangre....
pero ese lo presté y nunca ha vuelto...
Pase usted y pruebe:
hay mil modos de cubrir una cabeza
sin que la acaricie una mano...
